Jesús, sentir tu llamado es una hermosa experiencia cuando abrimos el corazón, escucharte decir: “los envío de dos en dos”, que gran gozo se siente al saber que con tu autoridad nos encaminas a cumplir una misión, vivir en fraternidad con quien va a mi lado y ser testimonio de amor, como las primeras comunidades que evangelizaban con sus propias vidas; pues, la armonía se percibía con total convicción, la puesta en común de sus pertenencias y el gozo del espíritu les consentía compartir las alegrías y adversidades, estaban luchando juntos por el anuncio del Reino de Dios.
Solo con una túnica nos mandas a predicar la liberación, pues es tan necesario vivirlo nosotros para poder llevar con el ejemplo el mensaje de salvación, revestirnos solo de tu Espíritu, es lo que necesitamos Señor, lo demás nos viene de quienes te vales para enseñarnos que cumples con tu pacto en darnos el ciento por uno, en techo, sustento por ser buen trabajador, que merece su salario al entregar, aunque cansado está las cuentas como son.
Llevar las sandalias puestas, nos enseña que nos das la seguridad de ir a paso firme porque eres Tú quien hablas por nosotros en cada predicación, poder llegar a todos nuestros hermanos sin ninguna distinción, tocar sus corazones heridos cuando los otros disfrutan de bendición, saber descalzarnos ante las necesidades del desamparado y brindarles el apoyo como hijos de tu corazón.
Llevar el Bastón es tan necesario para los momentos de duras pruebas, donde la tentación hay que vencer, enfrentar caminos escabrosos tendremos cayado para sostener nuestra fe inquebrantable que no nos permitirá caer; sin alforja ni dinero para los apegos mantener alejados de nosotros, son cargas que nos hacen perder el ideal de nuestro corazón cuando deseamos ser fiel en la misión que nos confía el Dios Poderoso que es único Soberano y Rey.
Qué bien es anunciar con alegría las bondades de su amor, que sana, libera y nunca se hace sin Él, sanando almas y cuerpos también, sólo quien se humilla ante el Señor, sin buscar recompensas ni fama, alcanza los dones que el Señor le otorga por su honradez.
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Dios te bendiga