Alabanzas sean dadas en todo momento al Señor de la historia, alabado seas Jesús por tu infinita misericordia, gracias por enviarme a anunciar tu mensaje a todas las gentes y más aún, gracias porque al retornar de cada misión nos llevas a un encuentro íntimo contigo donde podemos tomar de tu fuente que es paz, descanso y fuerza. Solo en la intimidad contigo logramos adquirir nuevos conocimientos, profundizamos y nos renovamos para ser más fieles en el discipulado.
Tu has confiado en nosotros el anuncio de tu Reino, nos has enseñado como buen Maestro y nos has dotado de los dones necesarios para ir al encuentro con el desamparado, esto nos enseña que para poder anunciar tu Palabra precisa la preparación del espíritu, para que podamos estar dispuestos a ir a todas aquellas ovejas perdidas, necesitadas de un pastor que sea capaz de dar a través del conocimiento y el ejemplo las verdades del Reino.
La experiencia de una vida contemplativa en la acción es la que nos lleva a emprender un camino de generosidad y comprensión ante aquellos que buscan un consuelo y están sedientos de tu amor. Es la admiración de tu belleza en cada criatura sabiendo que Tu estás en ellos y si es tu Evangelio el que nos apasiona, nos permitirá salir de nuestras comodidades, sabiendo dar a cada cosa su justo aprecio.
Concédenos Señor sabiduría en nuestra vocación de misioneros, para poder dar tiempo al recogimiento, al silencio que es donde Tú nos hablas y nos das alivio en nuestras atareadas jornadas pastorales y para comprender los momentos de necesidades del prójimo, sabiendo dar el todo por el todo que eres Tú en la persona que me confías, equilibrando los espacios de encuentro con ellos y de intimidad contigo.
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Dios te bendiga