Te alabamos y te bendecimos Señor por tus infinitas bondades, todo lo que tu tocas lo perfeccionas, la fe es una palabra construida por una letra incompleta, sin embargo, Tú sacas de ella el mejor significado y nos regalas una de las grandes virtudes que como creyentes, estamos invitados a renovar constantemente para sumergirnos sin miramientos a tu voluntad, esperando todo de ti con un corazón dispuesto y activos en tu misión.
La fe nos lleva a estar diligentes en nuestras luchas de cada día, teniendo la certeza que cada obra que realizamos es gracias a tu amor misericordioso, que permite que nuestros esfuerzos no sean en vano, porque Tú te encargas de hacer lo que nosotros no podemos; mientras descansamos tu estás obrando, mientras trabajamos Tú estás allí, velando para que nuestra labor pueda dar frutos en abundancia.
La fe es un don maravilloso, fuerte como el acero, difícil de partir cuando en realidad creemos y nos abandonamos en ti, pero al mismo tiempo, es frágil como una vasija de barro en nuestras manos, que, al llegar las tormentas, olvidamos que eres Tú quien sostiene nuestra vida y dejamos caer esta perla preciosa, tan pequeña como grano de mostaza y tan frondosa cuando la dejamos germinar.
Concédenos buen Jesús, ser perseverantes en creer que tu Reino es verdadero, que está en nosotros; que todos estamos invitados a recibir la semilla de la fe y dejarla caer en terreno fértil, donde pueda crecer y hacer de cada uno, un alma que brinde cobijo y reposo a los que lo necesitan, así alcanzaremos ser instrumentos de tu promesa en esta tierra, hoy tan necesitada de esta sublime virtud.
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Dios te bendiga