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Hace oír a los sordos y hablar a los mudos. Mc. 7, 31-37

  ¿Quién eres Tú que haces oír a los sordos y hablar a los mudos? Por más milagros que veamos en nuestro diario caminar, nos seguimos haciendo la pregunta de quién eres Tú, nos cuesta reconocer que eres el único ser en esta tierra que no duda de las magnificencias del Padre, de su amor, de su poder; nuestra pobreza humana no nos permite contemplarte como el Hijo de Dios y los milagros que deseas hacer en nosotros, no se realizan no porque no quieras, sino porque nuestra fe es escasa, el oído del alma no lo tenemos afinados para escuchar y para saber entender las mociones del Espíritu, fácilmente la ignoramos y perdemos todas las gracias que deseas hacer en nosotros: abrir nuestros oídos y hacernos hablar sin tartamudear las verdades del Reino. Hoy Señor queremos estar dispuestos para que metas tus dedos en nuestros oídos, que podamos escuchar el susurro de tu voz en nuestro interior, que poco a poco alcancemos la gracia de ir percibiendo tu continua comunicación y llegue el momento

Lo que nos hace impuros es lo que sale de dentro. Mc. 7, 1-8. 14-15. 21-23

  Mi amado Señor, mi salvador, que miras con gran cuidado nuestra alma para que permanezca limpia como la nieve, brillante como el sol, Tu deseo es que te honremos con sinceridad, con pureza, sin interés alguno. La verdadera religión es el amor y el amor eres Tú mi Dios, en nuestro interior depositamos todo lo que realmente somos y es lo que vale en el reino de los cielos. En nuestra niñez nos marcaron con una personalidad que hemos venido reflejando a lo largo de   nuestra existencia, cuando nacemos somos un papel en blanco, donde nuestros padres y los que nos rodean empiezan a escribir en estas hojas que son nuestra vida, de allí surge lo que realmente somos hoy, con nuestras grandezas y con nuestras limitaciones; pero ante todo, lo importante es saber escuchar tu palabra Señor, imprimirlas en nuestro corazón y llevarlas a la acción, soltando con tu gracia y perdón todo aquello que sale de nosotros que no es agradable a tus ojos y no nos permite sentirnos realizados. Es tan nec

Eres el santo Consagrado por Dios. Jn. 6, 60-69

  Sempiterno Señor, el Consagrado, el elegido, el Altísimo Dios, solo de ti sale verdadero espíritu, verdadera vida ¿quién lo entenderá? El que esté dispuesto abrir su corazón y el entendimiento a tu voluntad, el escándalo de tu mensaje no es fácil afrontar, para quienes a veces nos dejamos entorpecer la mente, difícilmente podemos escuchar; seguir tus huellas es una decisión que en el alma debemos sellar, para responder con firmeza a pesar de las dificultades que en este camino se vayan a presentar. En estos tiempos tan contradictorios es cuando más debemos confiar, en que tu Palabra es para quienes desean enriquecer el espíritu y no para los que se distraen en lo superficial. Cuánto dolor sientes cuando tu mensaje no logramos profundizar y fácilmente nos entregamos a las corrientes sin sentido y por ti la vida no la queremos dar, fracasamos en nuestra promesa en decirte que contigo siempre vamos a estar, hasta que empiezan los sacrificios que nos quitan la comodidad, Pedro respon