Mi amado Señor, mi salvador, que miras con gran cuidado nuestra alma para que permanezca limpia como la nieve, brillante como el sol, Tu deseo es que te honremos con sinceridad, con pureza, sin interés alguno. La verdadera religión es el amor y el amor eres Tú mi Dios, en nuestro interior depositamos todo lo que realmente somos y es lo que vale en el reino de los cielos. En nuestra niñez nos marcaron con una personalidad que hemos venido reflejando a lo largo de nuestra existencia, cuando nacemos somos un papel en blanco, donde nuestros padres y los que nos rodean empiezan a escribir en estas hojas que son nuestra vida, de allí surge lo que realmente somos hoy, con nuestras grandezas y con nuestras limitaciones; pero ante todo, lo importante es saber escuchar tu palabra Señor, imprimirlas en nuestro corazón y llevarlas a la acción, soltando con tu gracia y perdón todo aquello que sale de nosotros que no es agradable a tus ojos y no nos permite sentirnos realizados. Es tan nec